Así lo deja entrever ni bien se ingresa a su gimnasio llamado “El
sacrificio”, ubicado en el partido de La Matanza, donde en todo momento se
percibe la calidez y humildad propia, que legitiman y acompañan a los sueños que con
sus respectivos púgiles se gestan, a los cuales Walter prepara arduamente empleando
a nobles valores, a fin de que ante todo ello, sus mismos alumnos se consagren con absoluta firmeza en un ring y en la vida. No obstante igual se hizo un tiempo, para así
expresar en primera persona las sensaciones y perspectivas, que este noble deporte le genera a la hora de formar boxeadores:
.¿Cómo llevas adelante esta disciplina en el día a día?
- Acá estamos de lunes a viernes de 19 a 22.30 hs, el nivel es competitivo, y el
trabajo que se realiza es muy esforzado, por que tratamos de que cada competidor
brinde lo mejor en cada combate. No obstante, planificamos a cada uno de ellos
y a cada estrategia, mientras trabajamos en cada jornada, para que la rutina no
los canse. Además somos compañeros en las prácticas, y aquí, el que tiene
experiencia se la transmite al que todavía no la adquirió.
.¿Cuál es el perfil que mantiene el alumno que se prepara en
este gimnasio?
- Tiene mucha voluntad, aparte como este ámbito es muy sacrificado
tratamos de combinar todo; tener 20 alumnos y trabajar entre todos de la misma
manera, ya que debemos ser compañeros humanamente hablando.
.¿Cuando te vinculaste al boxeo?
- Y hace alrededor de 18 años; nueve de ellos combatiendo, y después
decidí estudiar para ser entrenador. A su vez, traté de relacionarme con los
mejores, por que eso conlleva a que uno pueda ser mejor también.
.¿Cuáles han sido tus ídolos y referentes?
- Como boxeador en mi época me gustaba el mexicano Eric Morales por
citar un ejemplo, y como entrenador, que de hecho tuve el gusto de conocerlo y
trabajar con él elijo a Carlos Castaño, y además he aprendido mucho de su propia experiencia. En
síntesis, de cada entrenador he captado lo mejor que tenía.
.¿Y qué requisitos tiene que tener un entrenador de boxeo, para
desempeñarse de manera optima?
- Tiene que ser muy profesional, es decir, tratar de dejar todo por
esto, por que como sabemos se deja a la familia, por las satisfacciones que se
obtienen en la competencia. Es por eso que para mi debe estar con el boxeador
siempre.
.¿Cómo vivís los momentos cuando un boxeador tuyo esta en el ring?
- Trato ante todo de darle el 100 % al deportista, y cuando estamos en
el cuadrilátero me siento muy reflejado en él. Sin embargo, cuando suena la
campana me transformo algunas veces, y suelo ser un tanto efusivo incluso. De
hecho hay gente que lo ve y me lo recalca… (Risas).
.¿Cómo definirías esta disciplina?
- Es muy sacrificada y humilde, aparte en cada boxeador se encuentra una
verdadera historia de vida, y hay veces en la que esas mismas historias llegan,
y se comparten incluso más tiempo, de los que se convive con la
familia.
.¿Qué consejos les darías a todos los jóvenes que quieren entrenar y no
se animan?
- Que se acerquen al gimnasio de su barrio y hablen con el entrenador.
Desde el más chico al más grande puede estar allí mientras se adapte a lo que
es el lugar, o al espacio que tenga.
.Por último, ¿cuál es la mayor enseñanza que te dejó este deporte?
Confianza y bienestar:
Esas son las características principales, en las que junto a sus alumnos Walter principalmente expande, a un marco sumamente ameno, para así enseñar y transmitir los variados aprendizajes, que este noble deporte ha sabido darle a lo largo de la vida misma. Su escuela se encuentra en Marconi 995, entre Astrada y Billinghurst, partido de La Matanza.
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